¡Cumplimos 40 años!
Esta apuesta por formar políticamente a compañeras nuevas ha dejado un gran aprendizaje permitiendo una actuación integral y política de parte de las nuevas compañeras.






Durante nuestro sexto conversatorio nos acompañaron:
Historia del feminismo en Colombia
Socorro Ramírez nos cuenta que los años en que el movimiento feminista se organizó, tuvo su auge y se agotó, coinciden con la hegemonía liberal de 1930 a 1946, con la "Violencia" (1947-1953) y con el comienzo, en 1957, del pacto liberal-conservador denominado Frente Nacional.
La segunda etapa de la historia del movimiento feminista en Colombia, estuvo marcada por la lucha por el voto, se desarrolló entre 1944 y 1948 y constituyó el auge del movimiento. Las sufragistas pusieron en cuestión la ausencia de su voz, de su voto y de su condición de ciudadanas. Para reclamar su participación en la vida política, presionaron desde las barras de la Cámara e hicieron giras educativas por todo el territorio colombiano. Surgieron diversas organizaciones y acciones para lograr el voto femenino. Se realizaron dos Congresos Nacionales Femeninos, el Comité Socialista Femenino de Boyacá, la Alianza Femenina del Valle y la Acción Feminista Nacional.
Desde los años setenta la consolidación de la agenda feminista ha estado determinada por la ruptura con partidos de izquierda. Es decir, mujeres que resuelven romper con la militancia partidista para enfocarse en la agenda de género que en los partidos de izquierda seguía siendo despreciada. Paralelamente al espacio intelectual e izquierdista del movimiento de mujeres, empiezan a surgir a finales de los años setenta organizaciones populares de mujeres, como es el caso de la Organización Femenina Popular de Barrancabermeja.
Sonia Álvarez (2001: 349) narra que en los años 60 y la mayoría de las fundadoras de la segunda ola del feminismo latinoamericano, estaban comprometidas con la lucha por la justicia social, contra el capitalismo salvaje, contra los militares, organización y movilización de estos grupos, y las élites políticas, al tiempo que rechazaron al Estado y evadieron la arena política tradicional. Muchas se vincularon a organizaciones de izquierda, algunas ilegales, y a partidos legales y centraron su trabajo en la lucha por la participación de mujeres obreras, organizaciones populares, en sindicatos, movimientos por derechos humanos y de supervivencia, lo que luego se constituyó en lo que se conocería como Movimiento de Mujeres. (Lamus Canavate, Doris 2007).
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