Editorial / Boletina mensual N°3

marta

Por: Marta Emilia Zapata

En tiempos de construcción de paz, las mujeres tenemos mucho que aportar. Para esta editorial, una de nuestras socias Marta Emilia Zapata, nos cuenta cómo desde su participación en el Movimiento Social de Mujeres, se han hecho significativos aportes a la resolución pacífica del conflicto armado en Colombia y también de la importancia de la participación política de las mujeres en estos procesos de construcción de paz.

Marta Emilia Zapata, hace parte de los procesos de La Corporación Vamos Mujer y ha desarrollado una labor muy importante en nuestro Centro de Documentación. Es una persona llena de historias, una de ellas la compartimos en esta editorial.

“Para nosotras Centro Escuela es el útero, allí llegamos muchas mujeres de los barrios populares de Medellín, sin ningún conocimiento de lo que era Vamos Mujer, ni de ninguna expresión de feminismos. No sabíamos nada, simplemente al principio nos pareció raro que no había clases de culinaria o psicología para las parejas o los hijos…

Luego empezamos a preguntarnos qué significaba eso de ser mujer y empezamos a mirar entonces temas muy relevantes sobre lo que les estaba pasando a otras mujeres en Antioquia. Todo esto ocurre en los años 90. Empezamos también a hablar de las violencias, del maltrato y de los castigos físicos y violaciones que un grupo de mujeres estaba viviendo en Mutatá.

Fuimos entendiendo una cantidad de problemáticas y ahí comprendimos que esa violencia era una guerra contra las mujeres. En ese momento, varias organizaciones que hacían parte de la Mesa Mujer de Medellín, hablamos de hacer una ruta, un desplazamiento hacia ese lugar donde estas mujeres eran abusadas. Recuerdo que lo planeamos para hacerlo en un mes y teníamos muchas expectativas y pensábamos que hacer una movilización hasta allá era muy fácil… (risas).

El caso fue que en ese momento todavía la Ruta Pacífica de las mujeres no se había concebido como movimiento. El 25 de noviembre de 1996, fuimos a Mutatá e hicimos un acto simbólico de denuncia. El objetivo fue exigir que se hiciera una negociación política del conflicto armado. Leímos un manifiesto en el que pedíamos que pare la confrontación armada, pero de forma muy especial exigíamos que pare la guerra contra las mujeres.

Como movimiento de mujeres, construimos la consigna ´EL CUERPO DE LAS MUJERES NO ES BOTÍN DE GUERRA, NI TERRITORIO DE VIOLENCIAS´, sin embargo, la consigna más representativa fue ´LAS MUJERES NO PARIMOS HIJOS NI HIJAS PARA LA GUERRA´. Esta ruta pacífica sirvió para visibilizar lo que estaba pasando en Mutatá con las mujeres y acompañarlas y solidarizarnos con ellas. Desde entonces, las organizaciones que hacemos parte del movimiento Ruta Pacífica de las Mujeres, seguimos trabajando y sosteniendo esa propuesta pacífica de parar la guerra contra las mujeres. Vamos Mujer ha sido parte de esa columna vertebral que posicionó la movilidad de las mujeres por los territorios de Colombia exigiendo la paz.

Podría decirse que esta movilización fue el acto fundante del movimiento Ruta Pacífica de las mujeres, pues no solo participamos mujeres de Antioquia, sino de toda Colombia en solidaridad con las mujeres de Mutatá. Miro hacia atrás y pienso que este proceso ha sido muy significativo para mí, porque nos ha permitido a las mujeres avanzar en la negociación política y pacífica del conflicto. Las mujeres no queremos la guerra, queremos que las víctimas sean reparadas y creemos que es necesario que se conozca la verdad para la no repetición. Esta estrategia política y pacífica, ha sido liderada por las mujeres, y por eso somos constructoras de paz.”