Boletín de septiembre
En el rastreo de prensa realizado entre el 31 de agosto y el 26 de septiembre del presente año se encontraron 57 casos de agresiones contra mujeres en el país, de los cuales 28 corresponden a asesinatos, 19 a violencia física y 10 a violencia sexual.
La mayoría de los asesinatos fueron cometidos con arma de fuego (13 casos) y arma blanca (10 casos), y también se presentaron dos casos donde la muerte se produjo con golpes y uno con estrangulamiento, y hay dos casos de los que no se tiene información. Por otro lado, el mayor número de víctimas se encuentra entre los 21 y los 29 años con nueve casos, seguido por el rango de edad de 30 a 39 años donde hubo seis casos; pero también hubo mujeres asesinadas entre los 40 y los 55 años con cuatro casos; y entre los 15 y los 20 años y de los 56 años en adelante, con tres casos cada uno. En solo tres casos no se encontró información sobre la edad. En cuanto a los agresores falta mucha información, ya que en trece del total de hechos reportados no se pudo determinar quién fue el responsable, seguido por el compañero sentimental con ocho casos, por delincuentes o sicarios con cuatro casos, conocidos con dos casos y familiares con un caso. Dentro de las razones y análisis de estos hechos en la prensa se encontró que tres casos ya fueron nombrados como feminicidios, lo cual muestra un avance en el lenguaje que se usa para hablar de los asesinatos de mujeres por razones de género, sin embargo, sigue siendo muy poco lo que se reconoce. También preocupa que se presentaron tres casos donde las mujeres fueron víctimas por estar en contextos de microtráfico y que uno de los casos se justifique por el estado mental del agresor.
De los diez casos de violencia sexual se encontró que la mayoría de las mujeres agredidas reportadas en la prensa están entre los 21 y los 29 años con cuatro casos, seguido por el rango de edad de 0 a 7 años con dos casos y de 15 a 20 con un caso, aunque hay tres casos que no cuentan con esta información. De estas agresiones, cuatro fueron nombradas como violación, mientras que cinco se denominaron como abusos sexuales y un caso correspondió a acoso sexual en el transporte público. Entre los agresores identificados, la mayoría se ubican en la categoría de desconocidos, pero también están muy cerca las categorías familiar y miembros de la fuerza pública con dos casos cada uno; también hay un conductor de transporte público, un ladrón y un grupo de seis menores de edad que abusaron de una mujer. Estos dos últimos casos son bastante preocupantes pues demuestran la vulnerabilidad de las mujeres y evidencian cómo se combinan e intensifican las violencias contra las mujeres, pues una violencia que hace parte de la delincuencia común terminó en una agresión sexual; y el otro caso muestra cómo la cultura de la violación sigue muy arraigada en nuestra sociedad, al permitir que se cometa una violación en grupo.
Por último, están los 19 casos de violencia física, que en su mayoría fueron cometidos contra mujeres entre los 30 y los 39 años, con ocho casos. También fueron agredidas dos mujeres entre los 21 y los 29 años y una mujer entre los 8 y los 14 años, y en ocho casos no se tiene información. Las formas en que se ejerció esta violencia física, según la prensa, fueron el uso del arma blanca con cuatro casos, en uno de los cuales se utilizó también una roca; los golpes con tres casos; el arma de fuego con dos casos; y también se utilizó el machete en un caso. Hubo dos hechos donde además de la agresión física se dio agresión verbal y otro donde hubo agresión sexual. Uno de estos ataques se catalogó como intento de feminicidio y se presentaron cinco casos donde no se especificó de qué forma se ejerció la violencia física. La mayoría de los agresores fueron las parejas de las víctimas con nueve casos, seguidos por las exparejas con cuatro casos, mientras que en seis no se pudo determinar quién fue el victimario. La mayoría de estas agresiones fueron caracterizadas como violencia intrafamiliar.
Dentro del rastreo realizado, llama la atención la alerta que se hace sobre una nueva modalidad de violencia contra las mujeres, que se refiere al control a través de los celulares, por medio de los cuales las parejas realizan persecución, insultan y amenazan, con el fin de controlar. Esto sucede en gran medida contra las mujeres jóvenes y adolescentes, actos que son disfrazados de amor y crean una falsa idea de este (Canal 1, 13 de septiembre de 2017).1
Lo más preocupante frente a las violencias contra las mujeres continúa siendo la impunidad, a pesar de las leyes y medidas que existen para combatirlas; esto se evidencia en que, en Colombia, de 122 casos de feminicidios reconocidos por la justicia, “menos del 10 % tuvo una sentencia en contra de los implicados” (Moreno, 2017).
Panorama en Antioquia y Medellín
En el panorama antioqueño se presentaron dos casos de agresiones: uno en Segovia, que es el asesinato de una mujer de 28 años con arma de fuego y la razón está asociada con actividades de microtráfico. Y el otro ocurre en Apartadó, es una agresión física y verbal contra una mujer de edad desconocida y el agresor fue su pareja.
En Medellín, particularmente, se registraron cinco casos de agresiones a mujeres, de los cuales cuatro fueron asesinatos y uno fue una agresión sexual. Del total de mujeres asesinadas, tres se encontraban entre los 19 y los 25 años, y una tenía 41 años; dos fueron agredidas con arma blanca y dos con arma de fuego. Según la prensa los hechos estuvieron relacionados con problemas de microtráfico, involucramiento en una riña y discusiones. Los lugares donde ocurrieron los asesinatos son: Chagualo, Pablo Sexto, la Candelaria y el Centro. Mientras que el caso de violencia sexual fue contra una mujer de 23 años, sin evidencias de quién fue el agresor y ocurrió en el corregimiento de San Cristóbal.
Por otro lado, en Copacabana e Itagüí, municipios pertenecientes al Valle de Aburrá, ocurrieron dos casos de asesinato, uno de los cuales se produjo por estrangulamiento a una mujer de 54 años y el otro se dio por el uso de arma blanca contra una mujer de 76 años, en este último caso el agresor fue el hijo.
En el Concejo de Medellín se denunció el aumento del número de feminicidios (40 mujeres han sido asesinadas en Medellín) y violencia de género; además de la proliferación de casos de reclutamiento de menores para ser explotados en el ejercicio de la pornografía en la modalidad de web cam. Teniendo en cuenta esto, las organizaciones de mujeres reclaman la falta de inversión pública para afrontar estas problemáticas, teniendo en cuenta que se está tratando con el 54% de la población (Hora 13 Noticias, 14 de septiembre de 2017).2
La explotación sexual comercial y las muertes por procedimientos estéticos también prenden alarmas
Colombia “es el cuarto país de América Latina y el veinte del planeta en actividad y facturación, de turismo sexual y narcoturismo”,3 lo que atrae a turistas del todo el mundo, llevando a la explotación sexual comercial a miles de jóvenes y niños de ambos sexos, aunque siguen siendo las mujeres las más afectadas. Los viajeros pueden contactar a las mafias locales por medio de páginas web, donde contratan droga, rumba, sexo, hospedaje y alimentación, todo a precios bajos, pues la droga en Colombia cuesta “hasta treinta veces menos que en Europa y Norteamérica y la prostitución la tercera parte”.4
Medellín es uno de los epicentros de estas actividades, en el 2016 se denunciaron 323 casos de explotación sexual a niñas, niños y adolescentes, de los que solo diez fueron judicializados; en lugares como el Parque Lleras ya se volvió normal encontrar a extranjeros con niñas y niños de la ciudad, que se encuentran en situación de explotación sexual. “Según Unicef, en nuestro país hay 55 mil niñas y niños que son explotados sexualmente”,5 pero la ineficiencia de las autoridades para atender a esta problemática es enorme (Manga, 2017). Sumado a esto, los grupos armados se encuentran asechando a las menores en los sectores más vulnerables de la ciudad; hasta la fecha se han denunciado 56 casos de explotación sexual (Hora 13 Noticias, 14 de septiembre de 2017).
Por otro lado, continúan siendo preocupantes los casos de muertes de mujeres por causa de procedimientos estéticos; hasta el 12 de septiembre se habían reportado cuatro casos en Antioquia y en 2016 se presentaron catorce muertes (El Tiempo, 12 de septiembre de 2017).6 Esto da cuenta del daño que hacen las exigencias estéticas hacia las mujeres y los estereotipos que crea la sociedad y los reproduce en medios de comunicación, publicidad e imaginarios de cómo debe ser una mujer.
¿Qué hay sobre el proceso de paz y la situación de las mujeres?
En medio del proceso de paz, preocupa la situación de amenazas y agresiones a lideresas sociales, como es el caso de Barrancabermeja, donde mujeres víctimas están siendo revictimizadas por hechos de violencia sexual y armada, lo cual ha sido denunciado por más de 40 mujeres, que afirman estar siendo amenazadas y violentadas por paramilitares, además se denuncian casos de violencia sexual contra las mujeres del Puerto Petrolero (Blu Radio, 31 de agosto de 2017).7
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[1] https://canal1.com.co/noticias/alertan-mujeres-por-violencia-traves-del-celular/
[4] Ibid.
[5] Ibid.