Biocomercio, Mercados Campesinos y Mercados Verdes

Biocomercio, Mercados Campesinos y Mercados Verdes
Alternativas para el Mejoramiento de las Condiciones Materiales de Vida de las Mujeres Rurales
Por: Patricia Zuluaga Castaño 1

Introducción
Como parte de los procesos de gestión del conocimiento que desarrolla la Corporación Vamos Mujer, se vienen adelantando una serie de seminarios internos dirigidos a fortalecer el pensamiento y la acción colectiva. En esta oportunidad se presentan las reflexiones emanadas del seminario “Biocomercio y mercados verdes”2 el cual estuvo acompañado por la reflexión académica de la Corporación Biocomercio Sostenible3, la Corporación Vamos Mujer4 y el análisis colectivo en torno a la temática desarrollada, por parte del equipo institucional5.
Este encuentro en particular puso su énfasis en dos aspectos:
Por un lado, la Corporación Biocomercio Sostenible aborda una tendencia del mercado existente en la actualidad denominada mercado verde, desde la cuál las mujeres logran participar insertándose en dinámicas económicas centradas en la oferta alternativa del uso sostenible de la biodiversidad, con posibilidades de promover cadenas de valor y generar oportunidades de generación de ingresos económicos.
Por otro lado, La Corporación Vamos Mujer aborda la experiencia de los mercados campesinos, como una posibilidad de análisis para que las mujeres campesinas incursionen en opciones de comercialización a partir de sus pequeñas producciones y a la par, desarrollen procesos de incidencia local mediante ejercicios de representación en espacios públicos que históricamente les han sido negados.
A partir de estas experiencias, el evento ofreció un escenario conjunto de análisis en torno a la comprensión de las lógicas y dinámicas comerciales que es necesario integrar, para transitar con las mujeres por los procesos de la venta de bienes y servicios desde sus iniciativas productivas. Para fortalecer estas iniciativas, es necesario contemplar todo el ciclo que deben desarrollar las mujeres para transitar de la etapa productiva hasta la llegada de su producto al consumidor(a) final.

Enfoques en torno a la participación de las mujeres en la economía local
La Corporación Biocomercio Sostenible a partir de sus enfoques y metodologías dirigidas al uso sostenible de la biodiversidad, plantea el territorio como un espacio socialmente construido y direccionado hacia el desarrollo empresarial, para lo cual ha construido una estrategia metodológica basada en la identificación de bienes y servicios naturales/ sistemas productivos, su priorización y posterior análisis en contexto, así como la identificación de los puntos críticos, de tal manera que se facilite el mapeo de las problemáticas y construcción de planes de acción. Con todos estos elementos, se avanza en la implementación de dicho plan, con el acompañamiento técnico, organizacional, empresarial y de acceso a mercados de parte de la organización e igualmente, su seguimiento, monitoreo y evaluación.
Si bien esta experiencia se dedica al fomento y uso de la biodiversidad como alternativa de desarrollo sostenible, plantea grandes retos en cuanto a la participación y empoderamiento de las mujeres en los temas ambientales y sus posibilidades de incursión en dichos mercados, en los contextos territoriales.
Por su parte, la Corporación Vamos Mujer viene implementando acciones bajo la perspectiva de la “Agricultura Campesina Familiar y Comunitaria –ACFC”, donde la producción agropecuaria y en especial la de alimentos, depende de pequeñas parcelas. Se trata de la producción del campesinado, los pueblos indígenas, las comunidades afrocolombianas y las raizales. Estas experiencias son analizadas a partir de enfoques alternativos de la economía social y de la construcción discursiva, reconociendo a la mujer como el centro en la construcción social, en la producción y en los mercados, es decir, de su papel en la reproducción ampliada de la vida.
De allí que la participación social de las mujeres sea tan importante como su participación en calidad de productora, a fin de garantizar oportunidades reales en el desarrollo de la economía local. Un ejemplo de ello, ha sido su inclusión en los Mercados Campesinos, desde donde se ha posibilitado su reconocimiento como interlocutora válida respecto a los asuntos que tienen que ver con el desarrollo territorial. Ellas han sido un referente de direccionamiento político de sus necesidades y apuestas en el territorio para el mejoramiento de sus condiciones materiales de vida. Esta estrategia busca responder a preguntas fundamentales para su empoderamiento económico tales como: ¿cómo acceden las mujeres a los activos productivos para el desarrollo de sus economías?, ¿cómo se encuentran las condiciones materiales de vida las mujeres? y ¿de qué manera los mercados campesinos transforman su condición y posición en su vida cotidiana?

Lecciones aprendidas para la contribución al mejoramiento de las condiciones materiales de vida de las mujeres
A partir de las experiencias narradas, el seminario motivó la conversación y el circulo de la palabra en torno a las perspectivas que ofrecen los mercados verdes al mejoramiento de las condiciones materiales de vida de las mujeres. A continuación, se sintetizan algunas recomendaciones necesarias para avanzar en los procesos de acompañamiento a las iniciativas económicas de las mujeres, de tal forma que contribuyan al avance de su empoderamiento económico y al goce pleno de sus derechos económicos.
Partir del territorio: para ambas instituciones es claro, que el enfoque territorial es un eje fundamental para contextualizar las problemáticas ambientales que de allí se desprenden, puesto que la economía debe empezar desde adentro, donde las familias, las personas, donde los intereses y necesidades de éstas sean lo más importante, así como privilegiar la producción local, porque la economía debe fortalecer los vínculos comunitarios, la cultura, la conservación del entorno, el arraigo y la identidad. A partir de ahí se pueden hacer los escalamientos que permitan crecer hacia fuera.
Los mercados verdes se conciben como una posibilidad de retornar al campo, de re-territorializar y fortalecer estos vínculos comunitarios. En este sentido, las apuestas por el comercio sostenible, se tornan como importantes formas de resistencia ante la voracidad que impone la captación del mercado capitalista que, como toda propuesta económica, debe basarse en reglas claras desde el inicio, implica conocer el territorio y los actores/as involucrados en los procesos productivos y comerciales, en cada lugar donde se actúa. Igualmente, importante es la información para hacer confiable toda la cadena de valor que articula la economía local, en cada sector.
Integrar el enfoque de equidad de género para las mujeres, en los mercados verdes: al calor de la conversación, queda claro que hoy no es posible desarrollar un enfoque territorial para el desarrollo económico, sin la participación de las mujeres en él. Pero tampoco vasta con la incorporación de las mujeres. Es preciso identificar y proyectar los cambios que proporcionará su participación en los mercados, tanto en sus vidas, como en sus economías. De allí la importancia del enfoque de equidad de género para las mujeres, lo que significa considerar tanto los apoyos técnicos como todas aquellas oportunidades que requieren para producir y comercializar, en condiciones de equidad. Se trata de despatriarcalizar la economía ubicando a las mujeres en el escenario de los derechos.
Si bien es clara la importancia de la participación de las mujeres en sus economías familiares y locales, también se deben visibilizar las barreras que el mercado capitalista les impone para el acceso a sus derechos económicos, entre ellas, el valor desigual que tienen los bienes y servicios que ofrecen en comparación con otros productos de mayor significado para el mercado formal. También es preciso desnaturalizar los roles tradicionales a los que están sujetas las mujeres desde sus tareas cotidianas de trabajo doméstico, cuidado y crianza y valorar dichas tareas como un importante aporte al mundo de la economía.

Fortalecer el componente subjetivo de las mujeres: cabe resaltar que, estos logros no se alcanzan sin realizar un trabajo integral que aborde los aspectos subjetivos que implican la transformación personal de las mujeres y los cuestionamientos a formas de relación de despojo y expropiación de los recursos naturales y de la fuerza de su trabajo.
En este sentido, suele suceder que ni las mismas mujeres creen en lo que hacen y ofrecen, por ello es necesario trabajar su auto reconocimiento, los arraigos, las identidades, sus relaciones y las formas de producir que aportan valor a su trabajo.
Además, es fundamental que entre ellas de produzca reconocimiento del valor del trabajo6 y de sus productos, de tal forma que facilite a su vez una acción colaborativa con sus familias, como con las organizaciones a las que pertenecen, de tal manera que redunde en la valoración real de su tiempo, sus logros, su incidencia en los diferentes espacios de participación, minimizando el riesgo de ser sometidas a más trabajo por menos valor social y económico e incluso sin el justo reconocimiento.
Fortalecer la capacidad del reconocimiento de los aportes de las mujeres a la economía local: como ya se ha mencionado, el trabajo doméstico, de crianza y de cuidado, sigue siendo un obstáculo para que las mujeres accedan a sus derechos. Una de las estrategias que se desarrollan en los Mercados campesinos, ha sido integrar a toda la familia en todo el proceso productivo: preparación, cosecha, alistamiento, empaque, pesaje, e.t.c., en donde se realiza el trabajo en equipo y la redistribución de responsabilidades. Esta estrategia ha permitido, que ellas y sus familias, reconozcan sus aportes a la economía local y su capacidad política para afectar los mercados en la medida que se identifican su doble condición en la economía: productoras y consumidoras.
Así pues, la importancia, no sólo económica, de la mujer rural es de tal magnitud que “puede establecerse una correlación directa entre el poder de las comunidades, las condiciones para la reproducción de las economías campesinas, el poder de las mujeres y su bienestar” (Valderrama & Mondragón, 1998, P. 113).
Desde una visión ampliada de la ruralidad y por supuesto de las mujeres allí incluidas, es imprescindible cambiar los imaginarios que se tienen de la mujer en su rol económico y se transformen los estereotipos, que refuerzan violencias simbólicas y económicas hacia ellas.
Establecer alianzas para fortalecer capacidades comerciales y de agencia política de las mujeres en los contextos territoriales
Finalmente, y como un componente fundamental para el mejoramiento de las condiciones materiales de vida de las mujeres, es preciso establecer alianzas estratégicas interinstitucionales con el fin de potenciar capacidades en las mujeres para para generar valor agregado de sus productos.
Igualmente, avanzar en la oportunidad política que se viene presentando para las mujeres en términos de capacidad de agencia en el contexto de los Mercados Campesinos Municipales, en tanto política pública que requiere del reconocimiento permanente de sus derechos económicos. Si bien esta estrategia ha demostrado avances en términos de sostenibilidad de los procesos organizativos y productivos de las mujeres, en su apropiación y articulación con la institucionalidad local, es importante, mantener la pregunta entorno a los impactos que se están generando a favor de las mujeres en estos contextos económicos y territoriales.
Notas al pie de página
- Agrónoma, feminista y ambientalista. Actualmente, Asesora Territorial de la Corporación Vamos Mujer.
- Seminario realizado el 27de septiembre de 2021
- Presentación realizada por las profesionales Adriana Lucia Arcos y Laura Alzate, integrantes de la Corporación Biocomercio Sostenible.
- Presentación realizada por la profesional Patricia Zuluaga, integrante de la Corporación Vamos Mujer.
- Lina María Mejía Correa, Liliana María Botero, Londoño María Cristiana Pineda Pineda, Patricia Zuluaga Castaño, Geraldine Narváez, Claudia Patricia Macías, Luz Mery Arias Muñoz y Ruby María González Gutiérrez, Omaira López Vélez y Viviana Salazar (voluntaria)